Cómo son los laboratorios donde se descifran las cajas negras


Una sala blanca, cuatro paredes y en cada una de ellas, parlantes. Además de una cabina de secado y diversas otras máquinas técnicas de menor tamaño. Este es el lugar donde se develan los secretos de los peores accidentes aéreos.

Sólo hay tres laboratorios de análisis de cajas negras en Europa. Y uno se encuentra en Farnborough, Reino Unido. Es casi imposible ingresar en él, pero Richard Westcott de la BBC estuvo allí.

Este lugar, donde se manejan datos ultrasecretos, es similar al que investigará las cajas negras del vuelo QZ8501 de AirAsia que se estrelló el 28 de diciembre en el mar de Java, con 162 personas a bordo.

Sus dependencias cuentan con salas insonorizadas con sellos magnéticos para dejar fuera a cualquier espía electrónico. Según el Derecho Internacional, el único personal autorizado puede escuchar las grabaciones son los investigadores y los tripulantes del vuelo.


Ni los fabricantes del avión ni las aerolíneas están autorizados a escuchar las grabaciones. Cuatro parlantes se despliegan sobre las paredes de la sala para recrear la atmósfera del avión.

Las grabaciones de la cabina, incluido el ruido ambiente y las conversaciones, son subidos a computadores y revisados por los expertos.

En el caso del vuelo de AirAsia los expertos primero deberán mojar las grabadoras en agua fresca para ralentizar la corrosión. Luego, los expertos deben asegurarse de que los dos sistemas de circuitos conocidos como "cajas negras" estén completamente secas.

Las cajas negras contienen cintas magnéticas, como las de antaño. Antiguas, como los aviones en que vuelan. El secado se consigue poniendo las cajas negras dentro de una cabina por un periodo de hasta tres días. Una de las cajas negras contiene datos técnicos de vuelo y la otra las grabaciones de la cabina de los pilotos.


El proceso para secarlas extrae cualquier humedad en los paneles de circuitos, previniendo potenciales pérdidas de información. Una vez que es suficientemente seguro hacer funcionar el sistema electrónico, los investigadores comienzan a escuchar las grabaciones.

"La grabación de voz de la cabina puede proveer de respuestas casi instantáneas a las preguntas que se hacen los investigadores", le dice a la BBC Mark Ford de la British Air Accidents Investigation Branch (AAIB).

No sólo escuchan las conversaciones. También son importantes "los sonidos detrás del sonido", asegura Ford.  "Esa información puede arrojar datos importantes como, por ejemplo, la conducta de los motores", cuenta.

Ford dice que los análisis de la información técnica de vuelo, grabados por el otro aparato, demandan más tiempo. Cuando esta información está lista, los expertos unen los datos obtenidos por ambas cajas para reconstruir lo que pudo haber pasado.  En el caso del AirAsia QZ8501 este proceso puede durar varios días.


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